lunes, 30 de marzo de 2015

Los misteriosos grafitos de la ermita de Santa Eufemia



Cuando en el año 2011 se llevaron a cabo unas obras de reforma de la ermita de Santa Eufemia (Córdoba), al retirar las diversas capas de pintura y cal que se habían ido acumulando en las paredes con el paso de los siglos, aparecieron en los muros numerosos dibujos, correspondientes a la tipología denominada como "grafitos históricos".

Parecen fecharse en la Edad Media, y presentan temáticas basadas en elementos recurrentes, como barcos (imagen  inferior) y lo que parecen ser escenas campestres. Contrasta, de hecho, la tosquedad de las figuras de personas y animales (que parecerían casi hechas por niños) con la relativa minuciosidad de algunos de los barcos.

Los grafitos históricos (en general) son una tipología poco conocida, a pesar de poder encontrarse en muy distintos lugares, datando de épocas variadas y teniendo temáticas y causas de realización muy diversas. Como los que hay en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, realizados por los propios enfermos que hace siglos allí habitaban cuando el edificio era hospital.

Pero los de Santa Eufemia tienen algo menos habitual: en su momento, hace siglos, fueron hechos sabiendo que se taparían. O sea, se dibujaron para no verse. Y es ahí donde radica su misterio...

Como es habitual cuando no se sabe qué motivación llevó a hacer unos grafitos, se tiende a decir que estos fueron meros entretenimientos o dibujos explicativos entre compañeros; por ejemplo, obra de un operario que había viajado en barco y quería explicar a otros, que en su mayoría nunca habrían salido de aquella localidad, lo que era una nave.

Sin embargo, la compleja ubicación de algunos de ellos (como sobre la puerta -imagen superior-) descarta la opción de que se debieran al mero ocio.  Y la repetición de elementos (como los mencionados barcos) también hace poco probable que se llevasen a cabo para explicar los elementos plasmados a quienes los desconocían (pues, en ese caso, ¿no sería suficiente con dibujar uno?).

En mi opinión, la causa podría ser supersiticiosa, colocados como símbolos o amuletos, pues  seguirían teniendo efecto mágico/místico aun ocultos por la pintura.

Y sí, vale, entiendo que la pregunta que os hacéis, es: en ese caso, ¿qué simbolizarían?

Pronto os lo contaré...

*Por ahora, ya que algunos de ellos se dejaron visibles al terminar la reforma, aprovechad el día de la romería (Domingo de Resurrección) para verlos ;)

Teo Fernández Velez


lunes, 16 de marzo de 2015

La Sábana Santa de Córdoba


La noticia apareció en la prensa local hace unos días; sin embargo, no ha tenido excesiva repercusión en la ciudad: en la iglesia del Juramento de San Rafael se venerará una copia exacta del Santo Sudario de Turín. Por ello, para tener información de primera mano, hoy nos hemos entrevistado con Fernando Cruz Conde, rector del templo (y digo bien, rector, ya que El Juramento no es parroquia).

Don Fernando nos ha comentado con tono anecdótico cómo nació su pasión por la también llamada Síndone: "fue en 1979, cuando yo estudiaba en Princeton. Cayó en mis manos un ejemplar del libro "The silent witness" (El testigo Silencioso) que, por cierto, presté y nunca me devolvieron." Era la época de las grandes investigaciones sobre el universo de la Sindonología, que dieron lugar a famosos libros y reportajes. Síndone, apuntamos, viene del griego sindon, que significa mortaja o sábana.

Pero el lector cordobés se preguntará: ¿Qué tiene que ver este sacro objeto con la Iglesia del Juramento de San Rafael? Pues el elemento de conexión y catalizador del proyecto es el Cristo de la Universidad, que se encuentra en una capilla del templo y que fue realizado imitando al que aparece en la Sábana Santa. Por eso, la copia en cuestión, que será bendecida por el Obispo de Córdoba el 4 de mayo, se venerará junto a esta Imagen.

Sin embargo, como indica Cruz Conde, el proyecto a largo plazo es adecuar la zona superior de la iglesia tanto para esta reliquia como para otras, relacionando un ala de la misma con la Pasión de Cristo y el otro ala con la pasión de los mártires de Córdoba, incluidos los del siglo XX. 


Teo Fernández Vélez
Historiador del arte y cazador de leyendas


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miércoles, 4 de marzo de 2015

Mitos y misterios de la arqueología cordobesa (III): el sepulcro de los mártires



Vamos con otra de sarcófagos. Este, a pesar de ser mucho menos conocido que el anterior, es más importante para la historia popular de Córdoba, pues una de sus interpretaciones lo convierte en el sepulcro de los patrones de Córdoba, los mártires San Acisclo y Santa Victoria.

Actualmente, y desde hace mucho tiempo, este sarcófago paleocristiano de mármol de Carrara de entre el siglo III y IV d.C. – más probablemente de mediados del siglo IV d.C. – está incompleto, puesto que le falta parte de su estructura. Aun así sabemos que su frontal estaría formado originalmente por dos recuadros con estrígilos* con molduras a modo de marco y una escena en el centro en la que aparecen dos personajes masculinos. A esta imagen se le sumarían dos más en los laterales del sarcófago, de las cuales solo se conserva una en la que aparecen igualmente dos figuras humanas. Pero como el sepulcro no ha llegado a nuestros días en las mejores condiciones se ha perdido la tercera escena del conjunto, que estaría en el otro extremo lateral, el cual, desafortunadamente, no se conserva.

A pesar de que las últimas investigaciones indican que las imágenes representan escenas de la vida de San Pedro, tradicionalmente se ha pensado que este sepulcro pertenecía al patrón de Córdoba San Acisclo, y que las imágenes narrarían pasajes de su vida. Es por esta razón por la que la pieza se encuentra actualmente en el la Ermita de los Santos Mártires. Y como a nosotros lo que nos interesa es conocer Córdoba a través de sus leyendas y mitos vamos a hacer como si no supiéramos nada de San Pedro para tener un excusa con la que hablar de los patronos de nuestra ciudad. Porque no, señores, San Rafael no es el patrón de Córdoba, sino su custodio. Los patrones son estos dos hermanos, Acisclo y Victoria (aunque se duda de la existencia de esta última puesto que no aparece en multitud de fuentes), quienes, al parecer, fueron los primeros mártires cristianos de la ciudad de Córdoba durante la época del Imperio Romano.

Cuenta la tradición que ambos fueron criados, tras haber quedado huérfanos y morir su haya, por una cristiana llamada Iniciana, la cual les inculcó su fe en Dios. Años más tarde – en el 313 d.C. según las fuentes – y ante la orden del pretor Dión de dar muerte a todo aquel que no profesase su fe a los dioses romanos y al emperador, estos hermanos decidieron seguir haciendo pública su fe, por lo que fueron perseguidos, capturados, torturados y martirizados. Al final, murieron, según cuenta la historia, sin renegar de su fe. Él, degollado en el Guadalquivir. Ella, asaeteada en las cercanías del anfiteatro romano. Y los dos acabarían enterrados en este sarcófago llamado “de los Santos Mártires”, el cual, tras muchos avatares acabó su la basílica homónima. 

*Especie de cepillo metálico con acanaladuras en forma de S que usaban los romanos y griegos para quitarse el aceite, el sudor, etc. (En el texto, se refiere a la decoración ondulada del sarcófago).

Isa Barrado
Colaboradora Honoraria
del Departamento de Historia Moderna 
de la Facultad de Filosofía y Letras
(Imagen: www.cordobapedia.es) 

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