jueves, 24 de abril de 2014

Conócenos (I): Isabel Santofimia


1.- Breve CV:
Pianista licenciada en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba y artista multidisciplinar vinculada a la animación y las artes escénicas. Ha trabajado para la realización de espectáculos, tanto para público infantil como adulto, en diferentes compañias cordobesas (como arreglista musical, pianista y actriz). Actualmente trabaja con la Cía Teatro Laboratorio Raquel Toledo. 

2.- Rol en Érase una vez Córdoba:
Realiza las actividades infantiles o que incluyen teatralizaciones, cuentacuentos o música al piano.

3.- Nacida en:
Córdoba.

4.- Libro preferido:
No tengo ningún libro que me fascine tanto como cuando era pequeña y leí la historia interminable o Momo, supongo que porque eran los primeros libros "gordos" que me leía. Pero sí que puedo decir que me gusta  repetir autores: Isabel allende (en la adolescencia) o Juan José Millás.

5.- Película preferida.
Me ocurre como con los libros, así que soy más de directores: Jean-Pierre Jeunet.

6.- Canción o grupo preferido:
¡No puedo elegir! Me rijo más por estilos, cantautores, impresionismo y, dentro de lo moderno, todo lo que sea bailable.

6.- Un lugar (que no sea Córdoba):
Isla de Karabanne (Senegal).

7.- Lo que más te gusta de tu trabajo/colaboración con Érase una vez Córdoba:
Con mis colaboraciones aprendo nuevas historias, leyendas que no conocía anteriormente y me da la oportunidad de dramatizarlas y crear mi propio trabajo con ellas. Me mantienen en activo como contadora de historias y disfruto mucho haciendo que los demás las conozcan mediante mis interpretaciones.


8.- Leyenda cordobesa preferida:
Por el trabajo realizado con el personaje de Blanca, me quedo con la del Palacio de Orive.

9.- Época o festividad favorita de Córdoba: 
Primavera, para pasearla

10.- Recomendación cordobesa para foráneos: 
No puedo evitar el decir que comer un buen salmorejo, con tu caña al sol.  Pero siempre y cuando después no dejes de darte un buen paseo por las calles de la ciudad. Para mi es la ciudad ideal para callejear.

miércoles, 9 de abril de 2014

Mitos y leyendas de la provincia de Córdoba (XI): la Cueva de la Mora de Belalcázar



En el pueblo cordobés de Belalcázar, es conocida entre sus habitantes esa leyenda que nos cuenta que, allá por el siglo VIII, cuando el territorio fue ocupado por los musulmanes, se forjó una historia de amor que bien podríamos comparar con aquella vivida por dos de los personajes más conocidos del gran William Shakespeare.



Pues bien, los amantes que ocupan nuestra leyenda, al igual que Montesco y Capuleto, debían mantener su amor en secreto ya que ella era musulmana y su amado, cristiano, algo totalmente imposible, debido al odio existente entre las dos religiones.



Los jóvenes, cuya pasión mutua era lo único que daba sentido a sus días, quisieron al igual que hicieran Romeo y Julieta y a pesar de todos los intentos del padre de ella por destruir aquello que entre ellos había nacido, mantener su romance oculto ante los ojos de todos los que los rodeaban y así, a escondidas y con la complicidad de la luna, cada noche se refugiaban cada uno en brazos del otro.



Su felicidad no duraría mucho ya que, el padre de nuestra dama, descubrió el gran secreto que su hija guardaba y, la obligó a mantenerse recluida en casa y a casarse con alguien de su misma religión, a lo que ella se opuso aún a riesgo de encender la ira de su padre.



El joven cristiano, ante la situación, decidió marchar a la guerra y jamás se supo de él, pero ella nunca dejó de amarlo por lo que su padre, cansado de la cabezonería de su hija, decidió imponerle el peor de los castigos para así alejar de sus pensamientos a su amante cristiano, y ordenó encerrarla en una cueva donde nadie pudiera encontrarla.



Los días pasaban y ella, con la esperanza de que su amado fuera capaz de encontrarla, cantaba durante horas pero su amor, nunca halló el camino que lo llevara hasta ella.



La dulce dama, murió en aquella fría cueva víctima de la tristeza, pero hay quien afirma que, cada año, coincidiendo con la fecha de la partida de su caballero, su alma sube hasta la colina a esperar el regreso de su amado. Otros cuentan que, cada noche de año nuevo, tal vez coincidiendo con la fecha de su muerte, junto a la cueva, se oye la preciosa voz de una muchacha que entona una bella canción, esperando a que de su cautiverio la salve su gran amor.

Inmaculada Muñoz